viernes, 10 de julio de 2009

EL DESTINO

EL DESTINO


Dicen que todos los humanos tenemos ya, de por vida, toda nuestra existencia predestinada, pero nadie nos dice, porque nadie lo sabe, qué cosas nos van a pasar. Bueno, sí, hay algunos iluminados que nos lo dicen, aunque ellos tampoco lo saben, pero eso de los poderes adivinatorios que tienen conferidos –aseguran ellos- no sabemos por quien, a mí no me convencen, ni a la mayoría de la gente; sólo algunos de mentalidad blanda creen en eso.
Lo cierto es que, poco a poco, vamos sabiendo hacia dónde nos encamina el destino y los hechos pasados ya nos han ido descubriendo lo que se nos tenía reservado y hasta ahí llegamos; lo porvenir sigue siendo un enigma. Ahora bien, las decisiones que tomemos en un momento determinado ante la presencia de un dilema difícil (creo que todos lo son), ¿pueden alterar en algo lo que nos pudiera pasar en el futuro? Pues tampoco lo sabemos, aunque ocurra lo que ocurra, siempre diremos que era el destino que lo tenía así previsto.
¿Y qué es el destino? Pues, algo bueno o malo según el diccionario que dice, por un lado, hado, suerte, fortuna, aunque luego añade encadenamiento de los sucesos como fortuito o casual o como necesario o fatal, es decir, malo. Hasta qué punto lo será que, fatalmente, el destino final es la muerte. Pero hay que ver que morbosa es la gente, pues ¿no les gusta saber a algunos qué día se van a morir? Y digo esto porque he visto en Internet anuncios de esa clase de adivinos que embaucan a los incautos ofreciéndoles predecirles cuándo va a ocurrir tan infausto suceso. Como decía “El Guerra”, hay gente pa’ to…
El vocablo que nos ocupa y el concepto que encierra en alguna de sus definiciones, mereció ya la atención de los clásicos y, así, el propio Cicerón escribió con ese título un Tratado filosófico, en el que rechazaba las teorías sobre la fatalidad (que al fin y al cabo es consecuente con el destino) y ya en los albores del siglo XIX, un alemán, precisamente discípulo de Kant, Johann Fichte, publicó su obra “Die Bestimmung des Menschen” (El destino del hombre), en la que funda en la conciencia la realidad del mundo exterior.
En fin, que, como se dice coloquialmente, lo que nos tenga destinado la Providencia, sea lo mejor posible.

Jesús GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

Publicado en CANFALI MARINA ALTA de Denia el 6 de Junio de 2009.